Conducir con lluvia, nieve y viento
Llega una intensa borrasca que nos deja immersos en alertas y planes activados por lluvia, nieve y viento. Lo ideal es evitar desplazamientos pero… ¿y si no podemos evitar coger el coche? Entonces, debemos tener claros unos cuantos consejos:
Cómo conducir con lluvia
Debemos extremar precauciones cuando corramos el riesgo de realizar aquaplanning, pudiendo perder el control y estabilidad del vehículo consecuencia de una presión inadecuada de los neumáticos o el desgaste de la profundidad del dibujo. Si nos encontramos de frente con una zona encharcada debemos alejarnos rápidamente de ella, por mucho que conozcamos ese tramo, ya que puede arrastrar el vehículo u ocultar un socavón en la carretera.
Lo que debemos hacer en estos casos es mantener la atención en una buena limpieza y estado de los faros, espejos, parabrisas y limpiaparabrisas para obtener una mejor visión del entorno. Es importante encender el alumbrado de cruce, sobre todo para ser vistos, y aumentar la distancia de seguridad para evitar frenazos a destiempo y las salpicaduras del coche de delante.
Cómo conducir con nieve
Con los primeros copos el pavimento puede volverse muy deslizante y por ello debemos poner la atención en nuestra forma de conducir, utilizando marchas largas y usando el acelerador de manera gradual, sin movimientos fuertes.
Es indispensable contar con un dispositivo adecuado para circular con nieve. Las cadenas de nieve son una opción como solución temporal o de emergencia, lo más recomendable es utilizar neumáticos con la certificación adecuada para este uso, ya sean de invierno o «all season«. No siempre es bueno conducir siguiendo las rodaduras de otros vehículos en el pavimento, sobre todo cuando este se encuentre en desnivel, ya que las ruedas pueden patinar más fácilmente. En caso de pisar una placa de hielo debemos soltar el acelerador y corregir manualmente la dirección con ayuda de los sistemas de seguridad activa del vehículo.
Cómo conducir con viento
Es peligroso su efecto sorpresa cuando golpea en ráfagas o racheado al salir de túneles, edificios, zonas resguardadas o durante el adelantamiento de vehículos voluminosos. Antes de adelantar estamos contrarrestando el viento girando levemente el volante en su dirección, pero al sobrepasar a otro vehículo, nos ocultamos del viento y podemos ser aspirados hacia dentro. Una vez realizamos el adelantamiento volvemos a sentir el empuje del aire, por lo que el control firme del volante ejerciendo la presión necesaria nos estabilizará en relación a estas ráfagas.
Debemosreducir la velocidad para mejorar la capacidad de respuesta del motor y sujetar el volante con seguridad. Es importante igualmente no perder la calma ni asustarnos por las sacudidas, cuanto más firmes y seguros sujetemos el volante a una velocidad adecuada, con mayor fluidez podremos contrarrestar el efecto del viento, evitando la agitación y zarandeos con tranquilidad.
Ante todo, respetar las indicaciones de la Dirección General de Tráfico y organismos competentes. Las alertas están para ser respetadas.