¿Quién no ha plegado alguna vez los retrovisores del coche al aparcarlo?
Muchos conductores piensan que es algo prudente, no obstante, la DGT ha indicado que esta práctica no es tan recomendable como parece.
Los retrovisores de los coches se pueden plegar manual o automáticamente como en muchos modelos modernos, donde esta función se activa automáticamente al detenerse el coche para facilitar el proceso. Sin embargo, lo que puede parecer una medida de precaución puede tener consecuencias poco deseadas.
Los expertos respaldados por la DGT opinan que es una acción contraproducente porque el retrovisor desplegado, al aumentar el espacio que cubre el vehículo a lo ancho, obliga a otros conductores a ir con mayor cuidado y a mantener la distancia, evitando de esta manera rayones y abolladuras. Sin embargo, si están plegados los retrovisores, pueden no tener tanto cuidado al maniobrar junto al coche aparcado.
Sin olvidar que, en muchos casos, existe la posibilidad de que un conductor olvide desplegar los retrovisores al reanudar la marcha (en caso de que no sea una función automática del vehículo), lo que puede crear una situación peligrosa en circulación.
Existe una normativa de la DGT en torno al uso de los retrovisores, en la que se indica que estos deben estar homologados y que debe haber dos como mínimo del lado del conductor: uno en el interior, que por lo general ocupa la parte superior en el centro de la cara interna del parabrisas, y otro en el exterior, sobresaliendo a un lado de la ventana.
Además, la DGT pone especial énfasis en que todos los retrovisores estén homologados y cumplan las características de seguridad. En los modelos más modernos, se han incorporado avances tecnológicos como sistemas anti-deslumbramiento, calefacción para días de lluvia o niebla, y señalización para los puntos ciegos. Y, todas estas innovaciones están permitidas en España, siempre y cuando cumplan con los estándares establecidos por la DGT.